Interdisciplinariedad en la NEM: Una perspectiva docente
La Nueva
Escuela Mexicana (NEM) propone una transformación profunda del enfoque
educativo, centrado en el bienestar de las y los estudiantes, la equidad, la
justicia social y el respeto a la diversidad. Dentro de este modelo, la interdisciplinariedad
es un principio clave, sobre todo en los primeros años de educación primaria,
ya que permite conectar los saberes de manera integrada y significativa.
Por ejemplo, al
explorar el tema del cuidado del cuerpo y la salud, se pueden vincular
aprendizajes del campo de Saberes y Pensamiento Científico al abordar el
contenido de los hábitos de higiene, con el campo de Lenguajes se trabaja la lectura
y escritura de instrucciones para el cuidado personal, y con Ética, Naturaleza
y Sociedades se realiza una profunda reflexión sobre el autocuidado y la
convivencia. Así, los contenidos se articulan en función de una problemática o
situación relevante para el grupo. En ciertas ocasione los proyectos pueden vincular
a todos los campos formativos, aunque no siempre es así.
Como docente de primer curso de primaria, trabajo diariamente con niños de 6 años, una etapa en la que la curiosidad es innata, la imaginación está en su punto más alto y el aprendizaje sucede, casi siempre, a través del juego y la exploración. En este contexto, el trabajo interdisciplinar no solo es posible, sino fundamental para responder a las necesidades de aprendizaje de los niños de forma integrada, significativa y motivadora.
A esta edad, los niños no conciben el conocimiento como compartimentos estancos. Para ellos, una historia puede tener matemáticas, la música puede contener palabras nuevas y una actividad de ciencias puede ser perfectamente el punto de partida para una creación artística. El trabajo interdisciplinar nos permite aprovechar esta visión natural del mundo para crear experiencias de aprendizaje que conectan áreas como lengua, matemáticas, ciencias, arte y educación emocional.
Además de facilitar aprendizajes más profundos, el enfoque interdisciplinar promueve habilidades clave como el trabajo en equipo, la resolución de problemas, la expresión oral y la creatividad. Nos exige a los docentes una planificación más colaborativa, pero también nos permite observar a nuestros alumnos en acción, relacionando ideas y construyendo su propio conocimiento con entusiasmo. Trabajar de forma interdisciplinar no significa dejar de lado los contenidos curriculares, sino abordarlos de una manera más integrada, adaptada al modo en que los niños comprenden el mundo a esta edad. Creo firmemente que esta forma de enseñar y aprender no solo enriquece el aula, sino que también siembra las bases para un pensamiento más flexible, crítico y conectado.
La
interdisciplinariedad favorece el desarrollo de aprendizajes situados, es
decir, vinculados con la vida cotidiana y el entorno del alumnado. Como señala
Díaz-Barriga (2020), “el enfoque interdisciplinario permite abordar los
contenidos desde diversas perspectivas, promoviendo el pensamiento crítico, la
reflexión y la acción transformadora” (p. 47).
Asimismo, el
enfoque de la NEM propone que las niñas y los niños sean sujetos activos del
aprendizaje, lo cual se logra al proponer actividades que surgen de sus
intereses y experiencias. En este sentido, el rol docente consiste en diseñar
situaciones de aprendizaje integradoras, que consideren los saberes
comunitarios y culturales, y que fomenten la colaboración, la indagación y la
creatividad (SEP, 2022).
La interdisciplinariedad en primer grado bajo el enfoque de la NEM no solo
rompe con la fragmentación del conocimiento, sino que potencia una educación
más humana, contextual y significativa, basada en el respeto, la inclusión y el
pensamiento complejo.
La interdisciplinariedad es la chispa que enciende la pasión por enseñar y aprender en nuestras escuelas. Como directivos, nuestra vocación nos impulsa no a administrar espacios aislados, sino a tejer puentes entre disciplinas, favoreciendo una mirada integral del conocimiento. Esta forma de enseñar estimula la creatividad, el pensamiento crítico y la motivación de los estudiantes, al conectar lo académico con lo real y lo significativo .
ResponderBorrarEste enfoque exige un liderazgo inspirador y colaborativo: acompañamos a nuestros equipos docentes en proyectos conjuntos, generamos confianza, fomentamos el diálogo y co-creamos experiencias educativas. Al hacerlo, construimos una cultura escolar vibrante donde cada materia es una pieza del rompecabezas del mundo, y cada estudiante puede brillar con su propia luz .
Cuando elegimos la interdisciplinariedad, no solo adoptamos una herramienta pedagógica; reafirmamos nuestra vocación de educadores comprometidos con la formación de personas capaces de enfrentar desafíos reales, de pensar en red y de colaborar desde la diversidad . Ese es el reto más grande y la recompensa más profunda que podemos vivir como líderes educativos.
SANDRA BUSTAMANTE CIPRÉS
DIRECTORA DE LA ESCUELA SECUNDARIA GENERAL
"MARIA LUISA ROSS LANDA"
TIZAYUCA, HIDALGO.